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Adriana Gordillo
La montaña ahuecada
​Inmigrante Este vacÃo en el pecho No sabe a quién llenar. Crece poquito a poco, se va hinchando hasta dar fruto a un llanto suave ahogado con gemiditos grises y pálpitos acompasados
La montaña ahuecada
Hoy Ayer nos creÃmos inmortales. Mañana, nos inmolaremos en el estallido de nuestras armas. Ayer nos creÃmos sabios...
La montaña ahuecada
Devoraba mujeres. No sabÃa cómo vivir sin consumirlas. Quizá hubo un momento en el que pudo haber controlado el vicio, pero ya habÃa superado el punto de no retorno. En todos estos años sólo una mujer intentó escapársele y dar parte a la policÃa, sin éxito. El policÃa de turno en la estación del pueblo tomó fotos de los extraños cÃrculos cóncavos...
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